Contador nichichanilimonada

miércoles, 17 de noviembre de 2010

La Propuesta



Desde chica soy adicta al cine, ahora particularmente del Europeo. Pero tengo que reconocer que varias películas románticas pochocleras me hacen llorar como una niña. Por ejemplo “Realmente Amor”, cuando Colin Firth (bautizado para siempre como Mark Darcy desde “El Diario de Bridget Jones”) viaja a Portugal y le dice a la chica que limpiaba en su casa: “A veces las cosas son muy claras para mí, yo sé que vos no estás tan loca como yo, pero es navidad y te quería preguntar … Te querés casar conmigo?”
Ya me emociono de leerlo solamente. En conclusión, después de haber consumido tantas películas románticas durante toda mi vida, lo único que siempre quise, fue tener una propuesta de ese calibre. Me di cuenta que nunca estuve tan interesada en la fiesta, la Iglesia, el vestido, pero si en la propuesta. Para mi, ahí estaba resumido todo, la imaginación, la creatividad y cómo iba a ser la pareja a futuro: extraordinaria u ordinaria. Con el tiempo las cosas cambiaron y por suerte el matrimonio es una elección de a dos, no tenemos que estar esperando que a él se le ocurra (o si?). Pero lo malo de eso, es que se fue la magia, la sorpresa. Ya casi no existen en la vida real esas propuestas. Salvo una, y que ocurrió ésta semana.
Esta nota surgió después de leer hoy en el diario la “proposal” del Príncipe Guillermo a su novia. Alquiló un helicóptero y viajaron juntos hasta los lagos Rutundu y Alice, en Kenia. Después de tener escondido durante varios días en su mochila el anillo, cuando encontró el momento justo y rodeados por la montañas con picos nevados, se le declaró.
Yo tampoco pido tanto! Simplemente que piense una idea y en base a cuánto me conozca, elija lo que espero. Como soy una persona original (y poco modesta), siempre intuí que mi propuesta iba a ser de esas que se le cuentan a los nietos. Y tan lejos no estuve, quedé en la historia como la peor propuesta de casamiento de todas. Las palabras literales de mi futuro marido fueron: “Estuve hablando con mi hermana y le pregunté cuánto le costó su casamiento y también le pregunté a un amigo”. Y yo le dije: “Qué? Estás pensando en casarte conmigo? No preferís en vez de darme un anillo, que yo te traiga una calculadora?” Nefasto.
Pero bueno, espero que al no haberse exprimido el cerebro pensado en la forma de proponérmelo, haya dejado libre todos los espacios de su mente para pensar todos los días, cómo hacer de nuestro matrimonio algo mágico.

* Cuenten sus experiencias! o Cómo sueñan que sería para ustedes la propuesta ideal?